Por la carretera N-625 en el sentido Cangas de Onís – Riaño, llegamos a Santillán, donde hay una gran explanada a la derecha en la que podemos aparcar los coches. Desde ese punto nos dirigimos a cruzar el Río Sella por un bonito puente colgante.
Una vez que lo cruzamos giramos a la izquierda para tomar una pista que seguiremos hasta que nos encontramos un desvío ascendente señalizado que nos introducirá en el tramo más bello y espectacular de la ruta, el barranco cerrado y mágico del Arroyo del Beyu.
Casi a su inicio nos encontraremos con las ruinas de un antiguo molino de agua, cruzaremos el arroyo por una pontiga y acompañaremos el arroyo por su parte izquierda, rodeados en todo momento por un hayedo con ejemplares importantes y las formas que de forma caprichosa toman algunos árboles mutilados por el tiempo y las formaciones rocosas que nos van sorprendiendo en el camino.
En la parte superior del arroyo encontraremos un puente que nos lleva a la parte derecha del mismo en la que el sendero comienza a ascender salvando fuerte desnivel y en ocasiones haciendo zigzag hasta llevarnos bajo las paredes de Peña Dulce, donde el sendero se hace más tendido para finalmente dejarnos a las puertas de Beyu Pen, donde es probable encontrar abierto (fines de semana) un bar donde poder repostar líquidos.
Una vez en la aldea continuamos la calle principal en dirección sur hasta tomar la carretera AM-1, por la que descenderemos hasta la población de Vega de Sebarga. Aquí, tras cruzar el puente sobre el Río Ponga, giramos a la derecha y tomaremos el arcén de la carretera AS-261 y tras 1,5 kilómetros, casi frente a un gran aparcamiento, tenemos una pasarela que cruza el Río Ponga para acceder a la Zona Recreativa de Trambesagües, Cruzaremos esta zona hasta llegar a una cómoda pista que tomamos a la izquierda deteniéndonos a observar varias “cuerries”, construcciones dedicadas a la conservación de las castañas. En este punto existe una fuente en la que poder repostar.
Poco después pasaremos por un polideportivo y posteriormente a la pasarela de Santillán, la
que cruzaremos para llegar al punto de partida.